20 diciembre 2009

HASTA PRONTO, SUAVES


Acabo de llegar a casa después de ver por última vez a Los Suaves. Se retiran. El año que viene cumplen 30 años como banda, y han decidido colgar las guitarras. Parece ser que la causa es que el guitarrista Alberto Cereijo ha decidido dejar el grupo, y éstos no van a seguir adelante. Es lógico. Cereijo es un elemento imprescindible en los de Ourense, y digo yo, que al gran Yosi Dominguez ya no le deben quedar fuerzas para reflotar a la banda después de tantos años de excesos.

La primera vez que los ví en directo fue en 1991, si no recuerdo mal. Un compañero de instituto no paraba de hablarme de ellos y de pedirme que le acompañara a verlos a la sala Zeleste. Al final me convenció, y al finalizar el show nos quedamos los dos acojonados. ¡Qué energía! ¡Qué entrega! ¡Qué grande es Yosi!. A partir de entonces me empecé a comprar todos sus discos y a ir a todos sus conciertos. Yo, con 18 años que tenía entonces, no paraba de leer y releer todas aquellas letras llenas de dolor, angustia y desamores que escribía Yosi Dominguez desde el fondo de su alma, y que tan bien transmitía en directo.
De las ¿15? veces que los vi en directo, solamante en una ocasión me defraudaron. Fue en un festival y a las tantas de la madrugada. La banda salió a tocar con unas cuantas copas de más y ofrecieron un concierto bastante decepcionante, aunque también hay que decir, que estuvieron encima del escenario las 2 horas de rigor intentando sacar aquello adelante. Profesionalidad ante todo.
Hace años que dejé de seguirlos. Unos diez. Pero pese a eso, hoy quería estar presente. Era el último concierto de la banda en Barcelona y he tenido un ataque de nostalgía Rockera adolescente. Supongo que he ido a darles las gracias por todos aquellos conciertos que disfruté en el pasado. Para recordar las dos o tres ocasiones que tras un concierto de ellos me quedé sin voz de tanto cantar aquellas letras tan especiales. Y sobre todo para mostrarles mis respetos, porque, aunque Yosi ya sea un sexagenario alcohólico, Cereijo esté pensando más en su futura carrera fuera de la banda, la acústica de la sala Apolo sea la peor de la ciudad junto a la del KGB, y ya no tengan la energía de antaño, son capaces de hacer conciertos de dos horas tan dignos como el que he presenciado hace un rato, ante una sala llena, con un público entusiasta de todas las edades, y con una sensación de deja-vu constante. He cantado todos sus clásicos, y he escuchado por primera vez unos cuantos temas de sus últimos discos, que ya ni siquiera adquirí cuando salieron.
En fin, que una de las bandas de mi adolescencia se retira, y yo también, pero a dormir, que llevo unos días muy ajetreados y necesito descansar urgentemente.
Hasta siempre, Suaves.

3 comentarios:

Marcel Ginard dijo...

Buena forma de dar las gracias, silenciosa, anónima y comprometida.

Anónimo dijo...

Gracias a Dios, estás muy pero que muy equivocado.
Alberto quiso dejar el grupo en el 2007, no ahora. Y precisamente Yosi ha explicado el título del disco asegurando que no es una despedida. :"Si una doble negación es una afirmación, una doble despedida es una bienvenida"

- dijo...

Anónimo: ojalá esté equivocado! Ya comento en el post que hace años que los dejé de seguir, pero siempre les he tenido un cariño especial. Esperaremos acontecimientos, pues. Gracias por pasarte y comentar.