23 marzo 2010

EL DILEMA QUINCENAL


Seguro que a todos os pasa, e incluso alguno lo sufre más que yo. No, no estoy hablando de hemorroides, estoy hablando de algo mucho más problemático todavía: renovar la música del MP3. Sí ya sé que eso de MP3 puede sonar algo antiguo, pero en mi vida no han entrado todavía ni los ipod ni los iphone. Y la verdad es que lo prefiero. Cuando veo a colegas con ipods o iphones de 50G, 80G, 100G o más, pienso: ¿pero ya saben toda la música que llevan ahí metida? ¿reconocen todas las canciones cuando suenan?. Comento esto último, porque incluso a mí, con mi MP3 (bueno, MP4) de 4G, a veces me sucede que suena una canción, y no la acabo de ubicar. Tengo pequeños lapsus momentaneos de no reconocer a la primera "Jamie's crying" de Van Halen o "cowgirl in the sand" de tío Neil. Las canto, las tarareo, pero hasta que no pasan 30 segundos, o incluso más, no soy capaz de identificar la canción al 100%. Si esto me pasa a mí en ocasiones con 4G de música (unas 600 canciones), la gente que lleva 5000 canciones ¿como lo hacen para no enloquecer?.
Tengo la fortuna de poder estar escuchando música durante mi jornada laboral. Mi actividad me lo permite. De hecho, hace tiempo que pienso que el único motivo que me mantiene motivado para seguir trabajando donde estoy es el hecho de poder escuchar música sin parar.
Me renuevo la música del MP4 cada 15 días, aproximadamente. Lo suelo hacer los domingos por la tarde-noche. Es una manera de poner el punto y final al fin de semana, pero a la vez es una motivación para la semana laboral que empieza. Esas 600 nuevas canciones que irán sonando a lo largo de los siguientes días pasan por un proceso de selección durísimo. La primera duda es si me grabo discos enteros o canciones sueltas. Si decido grabar canciones sueltas, me puedo pasar 3 horas tranquilamente delante de la pantalla del ordenador seleccionando una canción tras otra. Si grabo discos enteros, la cosa es más rápida, pero debo intentar equilibrar las novedades con los clásicos, porque si pongo muchas novedades por descubrir, no le puedo prestar el 100% de mi atención (recordad que estoy currando) y la cosa no acaba de satisfacerme. Cuando ya estoy algo familiarizado con lo que suena, lo disfruto mucho más, y si lo que suena son superclásicos, mejor todavía, ya que puedo trabajar relajado y seguir escuchando esos temas inmortales. Pero, ojo!, que si lleno el MP4 sólo de clásicos que ya he escuchado infinitas veces, me puedo llegar a aburrir durante mi jornada laboral, y eso debo evitarlo sí o sí. Conclusión: intento equilibrar novedades con clásicos, para que mi atención hacía lo que suena quede perfectamente a la par con la atención que debo tener hacía el curro.
Otra cosa que suelo hacer es montar recopilatorios de toda la carrera de grupos veteranos. Ahora mismo llevo cuatro recopilatorios. Uno de Neil Young, otro de Queen, otro de Dio y otro de Metallica. Es otra forma de equilibrar canciones clásicas con novedades. En un plis paso de "hit the lights" a "frantic", y el hecho de no saber que canción ni de qué época sonará a continuación, es motivador, por lo menos para mí, of course.
En fin, que cada 15 días tengo que pelearme conmigo mismo para cargar de canciones el MP4, y en muchas ocasiones, cuando empiezo a trabajar el lunes por la mañana, me doy cuenta de que aquél disco que descarté hace unas horas, lo tenía que haber incluído, en vez de ese otro que en cuanto a empezado a sonar me he dado cuenta de que no era el momento de que sonara. ¡Maldita sea!

Algunos discos que llevo ahora mismo grabados: "Desire" (Bob Dylan), "Chinatown" (Thin Lizzy), "In absenta" (Porcupine Tree), "The Joker" (The Brew), "Orgasmatron" (Motörhead), "Brave" (Marillion), "Hemispheres" (Rush), "Pleased to meet me" (Replacements), "Sting in the tail" (Scorpions).....

15 marzo 2010

REENCUENTRO

Mi amigo Roger tiene 67 años. Le conocí hace unos 15, cuando entré por vez primera en un antiguo bar de mi pueblo que ahora él había adquirido, y que tenía pensado orientar hacia el Rock and Roll y el teatro. Mi primera visión de Roger no pudo ser más perfecta: mientras sonaban Aerosmith por los altavoces del local, detrás de la barra había un señor cincuentón haciendo air-guitar como un poseso. Wow! yo ni siquiera sabía que ese bar Rockeaba desde hacía unas semanas, y ahora me encuentro a un abuelo haciendo air-guitar detrás de la barra. Bieeeeeeeeen! El bar estaba decorado con centenares de entradas de conciertos a los cuales habían asistido el propio Roger, su socio, y los amigos de éste. Revisé aquellas entradas un montón de veces, y no dejaba de babear cada vez que lo hacía. Allí habían entradas de todas las grandes bandas que visitaron Barcelona desde mediados de los 70 hasta mediados de los 90, más la de algún gran festival europeo, sin seguir ningún orden en especial, con lo cual te podías encontrar el ticket de Reading 1977 al lado de la de Metallica 1992, o AC/DC 1981, o Kiss 1983, o Scorpions 1986, o Barón Rojo 1985, o las del Monsters of Rock de Donington de casi todas las ediciones; Meat Loaf, Judas Priest, Rainbow, Black Sabbath, Rolling Stones, Supertramp, Genesis, Paul McCartney, Queen... la lista sería interminable.
El bar se convirtió en un oasis de placer musical para el Rockerio de mi pija ciudad, y poco a poco se fue ganando un nombre y un respeto a nivel comarcal, ya que se empezaron a programar conciertos de Blues, Rock, Pop o Jazz cada domingo por la tarde, y actuaciones de teatro de vez en cuando, a la vez que se exponían cuadros de artistas locales con el objetivo de dar a conocer su obra, y si tenían suerte, incluso vender alguno.
Por allí pasaron, musicalmente hablando, muy buenas bandas de la escena underground de Barcelona, como Traditional Tourist, Smoking Stones o Big Mama Montse, además de decenas de jovenes bandas que buscaban como locas un lugar donde tocar.
A la par que crecía el prestigio de "El Punt", la amistad entre Roger, su familia, muchos de los clientes que por allí iban, y yo mismo, subía como la espuma, y todavía conservo muchas amistades de entonces.
Inolvidable el viaje a Ginebra que nos hicimos con su Fiat Panda. Sí, nos fuimos acompañados por dos personas más en un Panda a Ginebra. Cuatro personas en un Panda, conduciendo Roger las 8 horas de viaje nocturno, pasando por la frontera Suíza con un maletero lleno de... bueno, menos mal que no nos registraron el maletero, dejémoslo ahí. Allí nos vimos con su mujer, la inmortal Monse(sin T), y pasamos unos días inolvidables para mí. Éste fue el primero de una serie de viajes con Roger que darían para varios posts. Existe una gran amistad entre ambos, y aunque nos veamos poquísimo, yo siempre le tengo muy presente.
Como he comentado, una de las artistas que pasó por "El Punt" fue Big Mama Montse, una Blues-woman catalana, con cierto nombre por estos lares, que Roger ya conocía desde hacía años. Es fácil ver los nombres de Roger y Monse(sin T) en la lista de dedicatorias y/o agradecimientos de alguno de sus discos, e incluso llegaron a hacer un espectáculo juntos en un teatro Barcelonés, donde Roger, que es actor, representaba encima del escenario, con gestos, muecas o simples miradas, las letras de las canciones que interpretaban en vivo Big Mama y su banda.
Por circunstancias de la vida, y cuando tenían un nuevo proyecto a medio hacer, dejaron de estar en contacto. De esto hace unos 10 años.
Hace unos días me enteré de que Big Mama Montse iba a actuar en un bar de una ciudad muy próxima a la mía, y decidí sorprender a Roger, que últimamente se dedica a cuidar de sus nietos todo lo que puede (tiene tres, y el cuarto está en camino). El plan era llevarlo a ese bar utilizando cualquier excusa, y conseguir que se reencontraran después de dos lustros.
Dicho y hecho. Me fui a buscarlo en moto a su casa de la gran ciudad, y me lo llevé para allí. Él no tenía ni idea de nada. Big Mama tampoco. Iba a ser una sorpresa en toda regla. Cuando entramos en el local el concierto ya había comenzado. A Roger le cambió la cara. El intercambio de miradas entre ambos era evidente. Al finalizar el show Roger se acercó a ella, y tras unos segundos de tensión palpable, se enfundaron en un abrazo y empezaron a hablar. Los colegas con los que iba, que conocieron a Roger una hora antes, pero que sabían de la sorpresa que le había preparado, me notaron emocionado. Lógico, este reencuentro, a parte de el valor personal que tiene para ellos dos, que sé que lo tiene (aunque estén otros 10 años sin verse) me trajo a la memoria una época en la que en mi pija ciudad pasaban cosas interesantes, aunque sólo ocurrieran en un lugar en concreto. Hoy en día, "El Punt" sigue abierto, aunque ya no tiene nada que ver con el "periodo Roger", ni con la época justo posterior, dónde todavía había ambiente Rockero y podías cenar o tomarte una copa mientras sonaban Van Halen o Pink Floyd. Pese a todo, sigue siendo uno de los poquísimos sitios decentes de mi mierda de pijo-ciudad, en donde es más importante el continente que el contenido desde hace ya demasiado tiempo.
Este vídeo habla de "l'avi Roger"

09 marzo 2010

ESTOY PEREZOSO


No sé por qué, pero desde que me compré el nuevo ordenador me da mucha pereza ponerme a escribir en éste mi blog. ¡Manda huevos!. Cuando se me murió el anterior estuve unos días un poco desorientado. Había yo adquirido la rutina de acercarme al blog a explicar algo, o a comentar en los blogs amigos sus estupendas entradas, y de repente me encuentro con que no me apetece en absoluto ni siquiera consultar mi correo electrónico.
¿Será que no he acabo de sentirme cómodo con mi nuevo ordenador? Puede. Ya sabeis que cuando llevas una larga temporada con un ordenador llega el punto en que lo tienes totalmente controlado, y arrastras tus dedos sobre él con la comodidad de saber que siempre tocarás en el sitio correcto. Si a esto le añadimos el cambio de sistema operativo, y el tiempo que necesitas para dominarlo con soltura, pues se crea un segundo agobio, digo yo.
¿Será que ahora mismo tengo otras cosas en la cabeza que me preocupan y tengo que solucionarlas lo antes posible? Puede. Tengo una pequeña empanada mental con un par de temas que me están consumiendo más energías de las que deberían, y los tengo que solucionar a corto plazo. Estas situaciones me ponen muy nervioso. La necesidad de solucionar problemas incómodos, en los cuales no eres el único actor, en un corto espacio de tiempo es un concepto que no debería existir. ¿Quien coño lo inventó y por qué?
¿Será que no me ha pasado nada destacable desde el día 28 de febrero, día de mi último post? Afortunadamente sí que me han pasado cosas, y alguna realmente alucinante, osea, que este no es el motivo de mi ausencia durante todos estos días.
A lo mejor si cojo una coctelera, meto como ingredientes los tres conceptos anteriores, añado uno o dos más, y agito un poco, tenga la respuesta al enigma de hoy. ¿Por qué hace 10 días que no escribo en mi blog?
¿Sabeis qué? Ni cócteles ni hostias. ¡Estoy superperezoso y punto!
Espero recuperar mi rutina de blogger lo antes posible. De hecho, justo antes de ponerme a escribir estas lineas he estado ojeando los blogs amigos, que hacía días que no leía, y he visto que seguís en forma. ¡Bien por vosotros!